Era un día muy bello y estaba Juan muy feliz por que sus padres le habían regalado el automóvil de sus sueño era uno plomo, muy hermoso, con tanta alegria decide ir a buscar a su novia para ir a dar una vuelta, pero como su novia trabajaba en el campo, decide irse hasta halla, iba tan contento por la carretera hasta que del lado derecho le cae a su auto un ladrillo y raya el vidrio de su parabrisa, muy enojado detiene su auto, se baja y observa el golte, mira el lugar de donde habia salido el ladrillo se sube a su auto se da la vuelta y se dirige en busca de la persona que le había hecho eso. cuando llego al lugar solo encontró a un niño de 8 años y otro caido de una silla de ruedas, Juan muy enojado nagarra al niño y le grita - ¡Qué te pasa pequeño estúpido que no puedes ver, ese era mi auto estaba nuevo y ahora quien me va a responder por el daño! eres, eres..... se calla y el niño muy asustado con lagrimas en los ojos le responde - Perdón Señor, no fué mi intención hacerlo. Pero estoy desde hacer una hora aquí pidiendo ayuda porque mi hermano se cayó de su silla de rueda y esta muy grande y yo solo no puedo levantarlo porque soy muy pequeño, pero nadie se detuvo para ayudarme y no tuve más remedio que tirar un ladrillo. y siguió llorando. Entonces Juan se quedó pensando y muy conmovido se arrepintio de lo que le habia dicho, abrazo al niño y lo ayudo a alzar a su hermano paralítico.
Desde entonces Juan trata de prestar atención a todos, no hizo arreglar el golpe del auto para recordar que un dia un niño tuvo que tirarle un ladrillo para llamar su atención.
No esperes a que alguien te tire también un ladrillo para llamar tu atención, eres importante para muchas personas que te rodean y ellas necesitan que lo escuches; no desperdicies momento tan lindos queriendo imponerte ante los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me agrado tu comentario.. Gracias